Extraído de: intervencion del comportamiento para niños con autismo – Catherine Maurice. Editora. Prod-ed. Austin, Texas.
El Viaje de Brandon
Es tarde. Mis tres hijos están dormidos. Mami, la más grande, tiene 7 años y es una niña dotada. Devin tiene 5 y es increíblemente sensible y después viene mi pequeño Brandy. Tiene 4 años, es un rubio hermoso con ojos azules brillantes ama la música y le encanta nadar. Es autista.
Brandon era un niño perfecto. A las 5 semanas ya dormía durante la noche. Se reía, acariciaba, se sentaba, caminaba, saludaba con la mano, siempre en el momento indicado. Siempre me sorprendió su intensidad. Se concentraba mucho en una tarea, muy compenetrado. No había duda, era muy inteligente.
Cuando Brandon cumplió 18 meses, empecé anotar cambios en él. Por ejemplo, siempre fue bueno a la hora de completar rompecabezas. Ahora, simplemente desparramaba las piezas. No saludaba con la mano ni reaccionaba cuando lo llamaban por su nombre. Nunca más pudo tomar de la taza. Perdió las pocas palabras que había adquirido.